Aunque mis allegados me conocen cariñosamente como Cuti, mi nombre de pila es María del Carmen. Mi linaje familiar es de origen catalán y es a partir de esta herencia cultural que se desarrolla mi historia.

Mi infancia se vio enriquecida por la presencia de mujeres que poseían increíbles habilidades culinarias. Bepeta, mi bisabuela, y Conxita, mi abuela, fueron cocineras especialmente excepcionales. Mi madre, que sigue siendo mi heroina, también sobresale y mucho en la cocina. Es meticulosa en utilizar sólo los ingredientes más frescos de temporada y respeta la importancia de defender las tradiciones culinarias. La influencia de mi madre no sólo me ha enseñado todo lo que hay que saber sobre la cocina catalana y española sino también las virtudes del trabajo duro, el amor incondicional y la compasión.

Mi abuela paterna, una hábil modista, jugó un papel fundamental al canalizar mis energías creativas hacia diversas formas de arte como la pintura, la costura y el dibujo. Tenía fama de diseñar vestidos exquisitos para las mujeres más elegantes de Lleida, mi ciudad natal. En el apogeo de su carrera, supervisó un equipo de catorce mujeres que trabajaban para ella. Fue pionera en su industria y demostró notables cualidades de liderazgo que le permitieron establecer un negocio rentable en una época en la que las mujeres estaban infravaloradas en nuestra sociedad.

A lo largo de mi vida, tuve el privilegio de pasar muchos años con mis tres bisabuelas, cada una con una historia única de resiliencia frente a dificultades inimaginables durante la Guerra Civil Española. De ellas aprendí el arte de cocinar y la importancia de respetar y valorar a la familia, así como las virtudes de la generosidad. Ni una sola vez vi a ninguna de ellos quejarse de los muchos desafíos a los que enfrentaban. A pesar de vivir en una época en la que carecían de muchos derechos básicos, fueron la columna vertebral de nuestras familias y siempre se esforzaron por convertirnos en mejores personas y por que contribuir positivamente al mundo que les rodeaba. Sobre todo, nos enseñaron el valor de la perseverancia, el coraje y la esperanza incluso en los tiempos más oscuros.

La foto muestra a mi abuela, María

Desde muy joven he poseído un vibrante sentido de creatividad que he tratado de expresar de diversas maneras. Aunque no siempre ha sido fácil, he buscado persistentemente salidas para mis impulsos artísticos. Cuando era adolescente, luchaba por encajar y evitaba activamente ajustarme a las expectativas de los demás. Para expresar mi individualidad, recurrí a la moda y busqué vestirme de una manera que me distinguiera de mis compañeros. Desafortunadamente, mi estilo y mensaje únicos no fueron ampliamente comprendidos ni valorados por muchos, con la excepción de mi padre, quien constantemente apoyó mi anhelo de libertad y dió alas al deseo de seguir mis sueños.

Con el tiempo, descubrí un nuevo medio para mi creatividad en la comida, que desde entonces ha cautivado mi interés y me ha permitido canalizar mi energía creativa.

Combinando mis pasiones, realicé estudios tanto en Diseño de Moda como en Economía. A lo largo de mi carrera en el mundo financiero, me propuse infundir a cada proyecto mi talento creativo. Aunque mi hermano Borja me sugirió una vez que abandonara el trabajo para emprender un negocio culinario, nunca encontré el coraje para dar ese salto.

Tras el fallecimiento de mi querida hermana, se me ocurrió la idea de honrar su memoria y la fe inquebrantable que tenía en mí creando algo verdaderamente único. Con el objetivo de compartir la auténtica cocina catalana y española con personas de todo el mundo, me inspiré a poner la comida en primer plano al mismo tiempo que incorporo historias y anécdotas significativas a cada plato. Utilizar la cuenta de Instagram de Olga como punto de partida es mi tributo personal a ella y una forma de hacer que ella y mi querida Gabriela se sientan orgullosas de lo que puedo lograr.

En mis conversaciones con Gabriela, siempre procuro hablarle sobre su madre y las admirables acciones que realizó para mejorar su vida durante los tiempos difíciles de la enfermedad. De esta manera, podrá mantener viva la memoria de su madre y apreciar las hermosas hazañas que realizó.

Gabriela, este es un sentido homenaje a tu Mami y a ti, para que su recuerdo siempre permanezca vivo en tu corazón a través de los platos que con mucho cariño le preparábamos. Que cada comida te recuerde los preciosos momentos compartidos con ella y mantenga su espíritu siempre presente en tu vida.

La foto nos muestra a mi sobrina Gabriela y a mí.